El ser humano tiende a orientar su vida hacia la consecución de objetivos. Obtener unos estudios, conseguir un buen trabajo o crear una familia, son solo algunos de los muchos motivos que mueven al hombre. La consecución de esos objetivos reporta sentimientos de satisfacción. Es importante fijar objetivos realistas y ajustados a cada tipo de persona, ya que, en algunos casos, no conseguir el resultado esperado puede llevar a la frustración. Para ello conviene empezar con objetivos pequeños y familiares, que requieran poco esfuerzo para la persona e ir aumentando el nivel gradualmente. Por poner un ejemplo, nadie puede hacerse astronauta de inmediato, es algo que requiere mucho tiempo y preparación, empezar desde abajo e ir aprendiendo poco a poco todo lo necesario para conseguir el objetivo fijado, pero con esfuerzo todo se puede conseguir. Otros aspectos que cobran especial relevancia en todo este tema son la paciencia y la constancia. La mítica frase “la paciencia es la madre de todas las ciencias” de Isaac Newton corrobora la importancia de ser paciente y huir de la impetuosidad a la hora de llevar a cabo cualquier proyecto. Respecto a la constancia es bien sabido que el trabajo continuado reporta sus beneficios, como reza el dicho popular, “despacio y buena letra” o también podemos hacer mención a aquel que dice “sin prisa pero sin pausa”. La herencia cultural a través de los refranes y dichos populares nos muestra como desde nuestros antepasados ya se valoraba el esfuerzo y la dedicación para el cumplimiento de un proyecto de vida duradero y afianzado por encima de lo inmediato y caduco.

Es por tanto importante que eduquemos a los más jóvenes para que vayan buscando su propio camino en la vida, y no tengamos una sociedad que navegue sin rumbo, si no para que sean una reproducción armoniosa de los pensamientos e ideales que cada uno persiga para realizar su proyecto de vida.
Definir los objetivos es la base del éxito. Sin objetivos, no hay nada que organizar ni planificar. Los objetivos son lo que se quiere alcanzar. El éxito es la materialización gradual de unos objetivos predeterminados y que merecen la pena para cada individuo concreto. Es importante fijarse unos objetivos que nos lleven de donde estamos ahora a donde queremos estar, y disfrutar tanto del viaje como del logro final.
