Mediante algunas reflexiones particulares espero evocar en el lector un sentimiento crítico y reflexivo ante este tema.
Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española suerte se define como la circunstancia de ser, por mera casualidad, favorable o adverso a alguien o algo lo que ocurre o sucede. Esta definición recoge el carácter aleatorio como factor determinante en la suerte.

Hay personas que se consideran muy desafortunadas y por ello viven en una constante depresión, incluso pueden llegar a manifestar una patología denominada “distimia” que se define como un trastorno afectivo de carácter depresivo crónico, caracterizado por la baja autoestima y aparición de un estado de ánimo melancólico, triste y apesadumbrado, pero que no cumple con todos los patrones diagnósticos de la depresión. Este tipo de personas suele tener una gran predisposición a la negatividad y distorsionan la realidad con el pensamiento haciendo que todo a su alrededor se tiña de gris. Los individuos con este tipo de trastorno en ocasiones se consideran personas con mala suerte, pero realmente, es su forma de pensar y de percibir la realidad lo que les produce esa sensación de mala suerte.
Hay que aprender a relativizar los sucesos de la vida y no magnificar los problemas. Dar la importancia justa a cada cosa. No caer en pensamientos totalitarios como: todo me pasa a mí, mi vida es una ruina, etc, y pensar que todo lo malo nos reporta experiencia y aprendizaje.

A todos nos ocurren sucesos «buenos» y «malos». Yo misma he podido experimentar una desafortunada cadena de sucesos negativos, pero en cuanto cambié mi actitud empecé a darme cuenta de que la suerte estaba de mi lado, o mejor dicho, de que todo tiene su lado positivo.
Desde mi punto de vista en la suerte influye mucho nuestra actitud frente a la vida, la perspectiva que tenemos de los problemas y como los afrontamos, pero nunca hay que olvidar el carácter aleatorio de los sucesos y pensar que a todos nos puede tocar vivir una buena o mala experiencia. Lo verdaderamente importante es como lo afrontemos y sacar el máximo partido a cualquier situación. Aquí debemos reconocer la importancia del pensamiento reflexivo y los beneficios que nos reporta una adecuada visión de la realidad.